Construimos nuestra cueva.
Y cada día salía un grupo a jugar en ella.
Con los disfraces que Carmela y Mariana nos han traído y, alguno mío, salían muy bien caracterizados a la cueva.
Utensilios según ellos "de barro"...
Cazando como buenos prehistóricos.
Durmiendo en la cueva.
Las inclemencias del tiempo, hicieron que nuestra cueva se fuese deteriorando...
El juego simbólico fue tan real, que introducían en sus disfraces los muñecos de la cocinita para estar embarazadas.
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